EL HILO DE LA VIDA
Ese nexo que nos conecta de verdad con lo importante. Cuando lo perdemos, vamos como “pollo sin cabeza” buscando esa sensación de plenitud no comparable con nada, intentando recuperar ese punto en el que todo fluye sin esfuerzo en medio de una enorme sensación de paz.
La mente, maravillosa herramienta de reflexión y gestión, es a la vez una instancia con suficiente fuerza para cortar ese hilo conductor porque funciona como un «monoloco» que va por libre la mayor parte del tiempo. Cuando no logramos gestionarla y nos identificamos con ella, puede hacer que rodemos por la vida dolorosa o insipidamente mientras nos la perdemos literalmente.
Qué importante buscar, conocer y guardar tus caminos para desconectar del ruido mental. Limpiar tu radar, escuchando a tu cuerpo ahí donde te habla. Hay un punto que cada persona puede situar en un lugar de su cuerpo, un@s lo sitúan en el ombligo, otr@s en el vientre..Un@s lo tienen muy limpio y reciben bien, otr@s un poco más sucio y se comunican solo a ratos desorientándose con más facilidad…
Buscar tu propia forma de volver al cuerpo, supone sencillamente comenzar por acordarse de respirar con normalidad, que viene a ser algo tan simple como respirar de forma completa (en una enorme cantidad de ocasiones respiramos únicamente con el abdomen, acuérdate de hacerlo también con el vientre), otras veces las formas que requieres son catárticas, puedes gritar fuerte, llorar.., puedes reir, poner música, bailar, correr, cantar, pintar, escribir.. y si tus obligaciones no te lo permiten, puedes concentrar tu atención en tu cometido cada minuto, como si tu labor, sea la que sea, fuera la labor más importante del mundo. Eso sí, observa siempre antes como estás respirando. Cuanto más te escuches, cuanto más sigas tu radar, más formas propias aparecerán para hacerlo y más a mano tendrás siempre el hilo directo con la vida.
Poner atención en aquello que sientes para poder darle forma, preparar los cambios, actuar, errar, aprender, acertar, crecer..
Cuando el cuerpo te grita que enfrentes algo puede que a veces cueste un poco, pero hacerlo cuando estás preparad@ (y si tienes hilo directo sabrás cuando lo estás) permite ir pasando bien limpias las páginas del libro de tu vida. Y cada página limpia que pases, te convertirá en un ser más y más rotundo. Escucharse sin trampas es una forma de respeto que siempre tiene premio.